17 junio 2012

¿Piensas votar?

Faltan escasas dos semanas para que llegue el 1 de julio, ese domingo los mexicanos elegiremos nuevo Presidente, además se renovara la Cámara de Diputados y la de Senadores.
Confieso que ninguno de los cuatro candidatos para la presidencia me convence, como creo que a muchos de ustedes tampoco, sin embargo, lo que sí tengo bien claro es por quien NO voy a votar y quien NO me gustaría que fuera presidente, que ojo, son dos cosas distintas.

Pero antes de votar veamos: ¿México está mal? Sí, ¿Qué tan mal está? Eso depende, hemos estado peor, pero podemos estar mejor, eso que ni que.
Cuatro son los problemas más apremiantes del país: 1) No estamos creciendo 2) No hay respeto por la ley 3) No se invierte en lo que urge y 4) No se invierte en los mexicanos, esos cuatro problemas desatan todos los otros.
Estamos produciendo cada vez menos y somos cada vez más, esto hace que haya menos empleos y que se tengan que buscar en otro lado, ya sea en Estados Unidos, en el comercio informal, de manera ilegal como la venta de piratería y hasta de manera criminal.

La solución parece obvia, retomar el crecimiento y el respeto a la ley, pero no un crecimiento artificial que después resulte peor, sino uno basado en estabilidad financiera para que sea sólido y duradero, un crecimiento cimentado en inversiones, no en deuda, inflación o más impuestos, para ello hay que votar por más libertad económica, no por más trabas burocráticas.
Votemos por políticos que no le teman a la modernidad, que no se empeñen en mantener monopolios onerosos y obsoletos, políticos que no pretendan recalentar lo que ya se probó y resultó ser un fracaso, o que engañen con recetas mágicas.
Nadie se cura tomando la medicina más vistosa, sino la correcta, y las medicinas correctas para cualquier economía se llaman libertad y legalidad, el político que te diga lo contrario te está mintiendo.

Votar por Quadri.
Gabriel Quadri, ese profesor educado, ese candidato con las propuestas más liberales, ese hombre que parece el hijo de Charly García y Charles Chaplin, ese candidato que usa unos lentes de pasta “hipsterosos”, que ganó el primer debate, el mismo que está a favor de las libertades, es también  el que representa los intereses del sindicalismo más retrograda del país, que está al servicio de Elba Esther Gordillo la lideresa vitalicia del SNTE, la misma que dice estar a favor de una alianza por la calidad educativa, pero impide que se realicen evaluaciones a los maestros.

Un voto por Quadri es un voto para la “maestra”, no se lo des.

Votar por EPN

Enrique Peña es la cara joven del partido que gobernó 70 años al país, el mismo partido que dice haberse renovado, que sin embargo vemos que de “nuevo” no tiene nada, o muy poco.
Muchos dicen que si llega Peña a Los Pinos, con él  regresaran los tiempos de represión y control en los medios.
El PRI podrá ser el miso PRI de antes, pero México no es el mismo México, y es que en los últimos 20 años nuestro país ha cambiado para bien, existe un sistema político de pesos y contrapesos, un  Congreso plural que obliga a llegar a acuerdos, al  dialogo  para sacar adelante cualquier ley, desde 1997 un presidente no tiene mayoría legislativa.

Se han creado organismos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el IFAI y por supuesto el IFE.
Internet se ha convertido en un arma que no existía en tiempos de la “dictadura perfecta” (Vargas Llosa dixit), la oferta en medios bien que mal ha crecido.
No obstante esto parece no aplicar para los gobernadores priistas, ahí están varios casos: el “gober precioso” Mario Marín, Eduardo Burs y su incompetencia en la tragedia de la Guardería ABC, y por supuesto Humberto Moreira, el hasta hace muy poco presidente del PRI que endeudo a Coahuila.
En donde más me surgen dudas es precisamente en lo económico, el regreso del PRI más que representar la vuelta al autoritarismo, significa el retorno al dispendio y la deudo pública (e.j. Moreira de nuevo)

Votar por AMLO

Cómo votar por alguien que mando “al diablo a las instituciones” cuando la voluntad mayoritaria no lo favoreció con su voto.
Quien vote por López Obrador olvidara que fue el mismo político troglodita que incitó un golpe de Estado al tratar de impedir la toma de posesión del presidente Calderón.
Habrá que recordar también que, López  en el colmo del deliro  y la sed del poder  en una asamblea a mano alzada, se proclamó presidente legitimo.
Quien vote por AMLO olvidara que durante su administración en el DF aumento el índice de secuestros y ante una marcha para exigir seguridad, se burló de la ciudadanía llamándolos “pirruris”.

AMLO ahora se convirtió en una especie de sacerdote católico cuando, con el cuento de la Republica Amorosa llama “a la elaboración de una constitución moral”, que trata de imponer una “regeneración moral” y la forma en que se debe ser feliz.
Los políticos no tienen porqué decirnos qué es la felicidad, ni el amor, ni el bien, ni el mal. Si AMLO tuviera un gramo de cepa liberal lo entendería. Y es que el ciudadano es libre de elegir el credo y los principios morales que mejor le convengan.

El único límite que se les debe imponer a los ciudadanos es no lastimar la integridad, libertad o propiedad de otros ciudadanos. La moral y la felicidad corresponden a la búsqueda que cada individuo decide emprender. Porque no hay ni una sola religión, ni una moral única y existen muchas formas de entender la felicidad.
Ahora hace campaña en pro de Manuel Barlet, el mismo del fraude de 1988, Barlet al micrófono: “que no intenten el fraude electoral, México sería ingobernable con otro presidente ilegitimo, el pueblo no lo permitirá”… auch, señor Barlet su lengua se le va deténgala. He notado que en estos tiempos ya nadie se muerde la lengua.

Ya pa’ rematar AMLO representa el viejo PRI el más autoritario, cuando Javier Sicilia le dijo que era “mesiánico e intolerante”, el tabasqueño no lo tolero y le respondió al poeta que a él “no lo podía echar en el mismo costal”.
Votar por AMLO equivale a darnos un tiro en el paladar…

Votar por JVM

Mientras eso que llaman “izquierda” propone una “Republica Amorosa”, el PAN  propone una política maternal. La presidenta que nos cuida, nos protege de “los malos” y nos educa para el bien.
El paternalismo, en este caso maternalismo, nos niega como ciudadanos capaces de evaluar el mundo por nosotros mismos, nos ve como niños y nos trata como niños y, sobretodo está convencido  de que nos podemos hacer daño si nos dejan libres.

Votar por el PAN representa votar por el gobierno que desato una ola de violencia de 60 mil muertos, que para ser justos no podemos llamar “la guerra de Calderón”, porque hace falta tener poca memoria para no recordar que fue el gobernador de Michoacán en 2006 Lázaro Cárdenas, quien le pidió que mandara a la Policía Federa y el ejército, pero sería cuando menos obtuso no cargarle responsabilidades a la administración federal.
Si hay algo que reconocerle al gobierno de Calderón y a los gobiernos panistas en general es la estabilidad económica, no es menor, no es trivial y más cuando el mundo atraviesa una crisis económica de grandes dimensiones.

Otra cosa que reconocerle a Calderon, bastaría con  comparar la escena del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en el Castillo de Chapultepec con la respuesta de Díaz Ordaz a la exigencia estudiantil de dialogo público.
En fin, yo voy a votar por Josefina Vazquez Mota, repito no porque me convenza, sino porque me niego a votar por los otros tres candidatos.

Mi voto por JVM es un voto en contra de EPN y AMLO así de fácil.

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